Y llegó el momento del compromiso, en un lugar que evoca la libertad, y asumiendo esa pequeña esclavitud que supone la unión a otra persona, Miguel hincó la rodilla al suelo y como a Sara eso de los anillos como que no, pues le regaló una cadenita y alegres y contentos se dijeron SI; SI al amor, SI al compromiso, SI a la unión de 2 almas… SI
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